Durante los estudios de periodismo los maestros hacen mucho énfasis en que sus alumnos desarrollen la habilidad de escribir titulares que sean capaces de provocar la lectura de la noticia o artÃculo.
En la práctica informativa 2.0 esta cualidad se hace aún más importante puesto que la atención a un tweet o a un status de Facebook se comparte con una veintena que en ese instante llena la pantalla. Probablemente además todos ellos estén en movimiento, pues la actualización automática en tiempo real hace que unas frases sucedan a otras en cuestión de segundos. No se trata de una página de periódico fija la que está frente a los ojos.
De  la precisión de 140 caracteres –o menos– depende que se despliegue el short link que le acompaña.
Es común llevar a Twitter el mismo tÃtulo de una información de revista, periódico o portal. No siempre resulta. Por ejemplo, Huffington Post publicó en su blog una nota con el tÃtulo (en inglés) Jennifer Aniston Wears Bra Vibrator On ‘The Ellen Degeneres Show‘, en el que luego de una breve introducción muestra un fragmento del show en YouTube. El tÃtulo del post es un enunciado tradicionalmente periodÃstico; en cambio, en su cuenta Twetter (@HuffingtonPost) escribió:  A famous actress. A talk show. A bra vibrator. The results. (seguido del URL recortado que direcciona al post).
El tweet tiene una interesante estructura:
- A famous actress, A talk show… incertidumbre que genera interés por una personalidad;
- A bra vibrator… algo fuera de lo común, que merece ser visto
- The results… una promesa
- Y el URL como el sitio donde se resuelve la incertidumbre
¿El resultado? El video ocupaba (al momento de escribir este post) el lugar 54 entre los superfavoritos de YouTube a escala global con más de 39500 vistas en un dÃa.
En fin, no se trata de escribir sobre brassiers vibradores, la clave está en generar la atención necesaria para que se consuma lo contenido en el link.
¿La recompensa para el seguidor del tweet? Dos minutos 18 segundos de diversión.
Disfrútenlo ustedes también
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